Nombre: Tinacria
Tipo: Vapor
Nacionalidad: Inglesa
Fecha: 07/02/1893
Lugar: Ensenada de Lucín
AUDIORELATO: LA TOPONIMIA DE LOS NAUFRAGIOS
En el bajo de Lucín, entre la punta del Boi y las Baleas de Tosto, naufragó con gran pérdida de vidas el vapor inglés Tinacria.
Se dirigía desde Glasgow a Livorno, vía Gibraltar a Génova.
Su carga eran ladrillos, carbón, hierro y cera.
Se dirigía desde Glasgow a Livorno, vía Gibraltar a Génova.
Su carga eran ladrillos, carbón, hierro y cera.
Las condiciones ,esa noche del 6 al 7 de febrero de 1893, eran pésimas. A un fuerte temporal, con vientos de componente oeste, se unía una gran cerrazón, que impedía la visión de la luz del Faro Vilán.
En estas circunstancias embarrancó el Tinacria, a las seis de la mañana del día 7.
De las 37 personas que iban abordo, (33 tripulantes y cuatro mujeres como pasajeras) sólo siete miembros de la tripulación iban a ver amanecer el día.
Con la claridad aún vieron el casco del buque, desmantelado y barrido constantemente por las olas.
Ya solo quedaba recuperar los cadáveres que el mar echaba en la costa y a los que la gente de la zona se encargaba de dar sepultura en los mismos lugares donde iban apareciendo.
Pocos día después, el mar lanzó un ovillo formado por cera, trozos de velas, madera y cadáveres.
Imposible de deshacer tan macabro ovillo, se encharcó todo con petróleo y se le prendió fuego.
El lugar es conocido desde entonces como la "furna de los difuntos quemados".
En estas circunstancias embarrancó el Tinacria, a las seis de la mañana del día 7.
De las 37 personas que iban abordo, (33 tripulantes y cuatro mujeres como pasajeras) sólo siete miembros de la tripulación iban a ver amanecer el día.
Con la claridad aún vieron el casco del buque, desmantelado y barrido constantemente por las olas.
Ya solo quedaba recuperar los cadáveres que el mar echaba en la costa y a los que la gente de la zona se encargaba de dar sepultura en los mismos lugares donde iban apareciendo.
Pocos día después, el mar lanzó un ovillo formado por cera, trozos de velas, madera y cadáveres.
Imposible de deshacer tan macabro ovillo, se encharcó todo con petróleo y se le prendió fuego.
El lugar es conocido desde entonces como la "furna de los difuntos quemados".